Restaurantes, Sarriá-Sant Gervasi

Les truites.- La tortilla rusa

Surtido de tortillasCinco participantes, una mesa, se discute el ganador. Todos han venido a jugar y descubrir, pero con motivaciones y anhelos diversos sin nada en común. Quizá sí: el lugar. Les Truites, un restaurante donde tendrían que vetar a cobardes, un restaurante de nueva localización y vieja estirpe con el huevo y la sartén como protagonistas, y la mente humana como límite. Sabores, olores, trampas y reconocimiento. De su cocina salen las mejores tortillas, dulces, saladas y caldosas, de pies de cerdo y de pescado y marisco, de ricotta y menta y de setas con salsa trufada. Tortillas a discreción con las que jugarse el premio. Participantes a la mesa, la casa ha dispuesto sobre plato grande la selección de porciones de tortillas del día. Es la gran tortilla rusa, el juego de la casa. Sigue leyendo

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Gracia, Restaurantes

Pepa Tomate.- La redvolución

Presentación exquisitaEspíritu, filosofía, ambición. Con una propuesta gastronómica reconocible en carta, divertida en plato y placentera en boca, Pepa Tomate aporta en rojo inteligible y pies en el suelo desde esquina de plaza guerrera de Gracia. Lo hace desde la modestia otorgada al ofrecer una cocina de aquí sin restricciones estúpidas, como embajador de la virtud local en un barrio de propuestas exóticas. Quim Marqués, alma del Suquet de l’Almirall, está detrás del proyecto, pero es su personal joven de camisetas con dorsal el que ha conseguido atraer y dinamizar a un público ya acostumbrado a navegar por Verdi entre croquetas orientales y enrollados nipones. La Gracia original revive en Pepa Tomate. Sigue leyendo

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Restaurantes, Sant Martí

La Cantina.- Donde Cobi se alimenta

Chico&Rita en el comedorJavier Mariscal erigió en uno de los múltiples complejos industriales que el Sant Martí histórico legó a la ciudad moderna un vivero de empresas acorde. Entre estudios de diseño, arquitectura o fotografía, ahora Palo Alto se esconde con jardines y tranquilidad, convertido en una especie de cueva donde sus trabajadores encuentran el punto de tranquilidad vetado extra muros, un espacio de creación en el que alimentan cuerpo y mente. De lo primero se encarga La Cantina, la vuelta de tuerca de un comedor de empresa, una nave sin letrero entre vegetación y huertos donde, por doce euros, y solo en horario de mediodía, las bulliciosas mentes de los clientes encuentran comprensión.
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Ciutat Vella, Locales, Restaurantes

Las Fernández.- De Ponferrada y ravaleras

Bodegón FernándezEsta es la Barcelona que gusta. Donde vienen y se integran, donde sienten como propio, donde convergen intereses. Barrio prohibido durante años, odiado por unos, aclamado por otros, el Raval siempre ha estado ahí, para demostrar el peso social del, o de lo, recién llegado a la ciudad. El canallismo que emanaba a mitad del siglo pasado no ha sido borrado el paso de las Olimpiadas y, aún con hoteles y tiendas bien, sigue siendo ese barrio donde puede pasar de todo, como que tres amenas hermanas del lejano León, quizá nos maten ante este generalismo de capital de procedencia, reinen en un restaurante con sonrisa y hagan guiños gastronómicos sobre plato a sus vecinos pakistaníes. “Un barrio. Una manera de vivir”.

Dirección: Carretes, 11
Precio medio: 25€. Papas «don’t preach», 6,80; cecina de León 6,90S; croquetas, 6,50; setas en ensalada, 10,90; tataky de salmón, 12,80; Burguer Premium al cordero Hal.al 10,90; Sartenazo de las Fer, 12€.
Imprescindible: Sobre mesa alta, pedir cecina, croquetas y una copa de vino del Bierzo. Salir y hablar con el Raval.
Horario: De martes a domingo, de 20.00 a 02.00h.
Teléfono: 93 443 20 43
Web: Las Fernández

Según Cultibar

Mejor reservarLas Fernández (Beatriz, Bibiana y Berta, las tres B) no es sólo un apellido o el nombre del bar. Las Fernández es una manera de integrarse en una ciudad y de aportar con alma. De rojo placentero, llevan diez años creando parroquia en el barrio desde un restaurante natural, donde ofrecen una cocina mediterránea y saludable, quizá castiza, siempre al día, con productos y platos de origen propio. Ellas son nacidas en Ponferrada, en el Bierzo, al oeste de León, cuna del botillo (que ofrecen por encargo, dada su complejidad) o de la mejor cecina, hogar de una gastronomía de marcado acento galeico dada su cercanía.

Fusión, adaptación, parroquia. Sin menú, tiran de una carta pensada siempre con sugerencias extras del día “para que nuestros queridos asiduos no se aburran”. Tienen mar y montaña, local y global, berciano y universal. De allí, pimientos asados del Bierzo con anchoas y parmesano, croquetas de cecina y pimiento caramelizado (una delicia especialidad de la casa), cecina de León o nido de pulpo a Feira. Ya del mundo, setas en ensalada al queso de Posada de Valdeón y nueces, ensalada de frutas de temporada con crema de yogur aromatizado o tataky de salmón con crema de remolacha y mozzarella fresca.

Como bonus track, el guiño al barrio y a sus habitantes: la Burguer Premium al cordero Hal.al, y la manera Fernández de entender un clásico: las papas «don’t preach», patatas al horno con aceite de rúcula y albahaca, “la brava del raval”. Para maridar, vino Mencía del Bierzo, cómo no. Gran tierra. Mejor adaptación.

Delicatessen FernándezRespiran humanismo y calidez en local, con larga barra para fieles adeptos, mesas altas para grupos y divertidos y media docena de mesas para degustar con calma esa selección de platos creados a pachas entre las bercianas y su cocinera local, de nombre Belén y gusto refinado. La calma en la degustación, aunque suficiente, es relativa, ya que sólo abren a partir de las 20.00h y en dos turnos de cena. “La gente lo sabe. No hay problemas. Y si alguien se queja de que el segundo turno es muy tarde, le recomiendo un par de sitios para tomar algo cerca de aquí», sonríe Berta. Eso es hacer barrio. El gintonic en barra final es obligado. Después, sales y redescubres el Raval, replanteándote prejuicios de adopción.

La experiencia Cultibar

El Raval nos recibe con la intriga y magia que le caracteriza. En la entrada, fumamos expectantes ante un viaje gastronómico con cabeza en Barcelona y corazón en León. Entre sonrisas cercanas, nos ofrecen un vino del Bierzo. Cualquier otra sugerencia en aquel lugar nos hubiera decepcionado profundamente.

Influenciados por la urbe en cuanto a decoración alternativa se refiere, el acento de Berta y su modus operandi nos confirman que los orígenes no se han perdido. La cocina se transforma en el mejor ejemplo de familiaridad cuando un comensal modifica el plato a su gusto entre unos fogones para todos los públicos. La jerarquía para ejercer este tipo de acciones se gana con el tiempo. Aquella noche empezamos a soñar con poder alcanzarla.

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Localización

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Eixample, Restaurantes

Jubany ya ejerce en Petit Comitè

La barra de la entradaY el cambio culminó. Tras meses de obras, el Petit Comitè ha vuelto a abrir sus puertas en el Passatge de la Concepció para seguir siendo el referente de la cocina tradicional catalana en la ciudad. Sólo un cambio, y sustancial: su apellido. Petit Comitè, de Nandu Jubany. El chef del estrellado Can Jubany recibió a finales de 2012 el encargo del Grupo Majestic de sustituir a Fermí Puig a los mandos culinarios del buque hotelero (con la oferta de El Bar del Majestic) y ahora se ha asentado completamente -como si siempre hubiera estado, como si fuera su sitio- con la reinauguración de su restaurante gastronómico.

Con cambios decorativos, de tonos plácidos y con barra de bar a la entrada para el pre y el post, el Petit Comitè de Nandu Jubany empieza nueva etapa con la ilusión -como ha recordado hoy el propio chef- de seguir respetando el concepto inicial de cocina tradicional catalana que inició Puig. «Hubiera dejado la carta que tenía Fermí, que era perfecta, pero obviamente le he dado mi toque personal bajo esos epígrafes que han situado al local”. Es -traducimos- producto de la tierra con pocas licencias foráneas, de temporada y del huerto, de recetario antiguo, cocinado a fuego lento, sólo con la reinterpretación propia que se entiende a un cocinero con gracia y estrella.

Es, por ejemplo, coca con hígado de pato y manzana caramelizada (clásico de Can Jubany), ensalada de perdiz escabechada con escarola y granada, alcachofas y guisantes, pulpo a la brasa con patatas y pimienta roja, canelones de Fiesta Mayor con trufa, bacalao “a la llauna”, paletilla de cabrito con peras, oreja de cerdo confitada a la brasa sobre “trinxat” o fricandó de ternera con alcachofas fritas. La carta de vinos, coherentemente, sigue la línea del local, con un 80% de referencias catalanas.

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Petit Comitè de Nandu Jubany

Dirección: Passatge de la Concepció, 13
Precio medio: 55€.
Horario: Todos los días, de 13.00h a 16.00h. y de 20.00h a 23.30h.
Teléfono: 93 550 06 20
Web: Petit Comitè

Localización

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Eixample, Restaurantes

Nandu Jubany.- “Si tenía una estrella hace 15 años, ahora debería tener cuatro”

Estará a caballo entre Calldetenes y BarcelonaCon carpeta y boli en la mano, encuentro a Nandu Jubany (Monistrol de Calders, 1971) en el hall del Hotel Majestic. Me recibe y me invita a pasar al “bar” del hotel, la nueva apuesta de uno de los emblemas hoteleros de barcelona en lo que a restauración se refiere. Sobrio en estilo, como toca en el Majestic, se aleja del restaurante en la forma pero no en el fondo. Mientras nos sentamos recibe una llamada. Habla por teléfono y descifro cómo debe tener la agenda un chef con un pie cerca de Vic, donde regente desde hace años restaurante gastronómico y estrellado, y otro en Barcelona, donde acaba de inaugurar la sección gastronómica del hotel que nos aloja haciéndose cargo del bar y del renovado Petit Comité. Cuelga. Debe ir al Petit Comité. Ya. Abrigos al hombro, salimos a la calle para hablar “fent via” con el Paseo de Gracia como escenario. “Perdona por esto, no tengo tiempo”. Sin problemas jefe. Entendemos que para un hombre orquesta cualquier minuto es aprovechable. Sigue leyendo

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Ciutat Vella, Restaurantes

Bar Ángel.- Reciprocidad entre entendidos

Colores en el Bar AngelBarra larga, dos toneles y escasas mesas en altillo visto. Ladrillo, madera, cocina diminuta y pizarra para cantar verdades. Credenciales exiguas y nada llamativas para esconder verdades como puños. La gastronomía de Barcelona no ha encontrado lugar mejor para cantar virtudes en estado puro, levemente tratadas y servidas sin necesidad de artificios. Producto y conocimiento en estética de toda la vida para interacción con conocimiento. La Coca-Cola y las modernidades se quedan a la entrada. Ni su nombre es pretencioso. Bienvenidos a la Barcelona gastronómica real. Sigue leyendo

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Eixample, Restaurantes

La Taquería.- El mexicano de los mexicanos

Alambres con Nopal. Otros tacos excelentesNo debe escribirse con “j”. Este es un restaurante mexicano, con “x”, como ellos lo escriben, por autenticidad y compromiso. Habrá restaurantes mejicanos en Barcelona, varios, que importan cultura y reinventan para que snobs capitalinos presuman de sitio y conocimientos superficiales. Aquí esto no importa. Huyen de apariencias y convenciones. En La Taquería sirven -como llaman- “gastronomía callejera mexicana” directamente importada del país de los Aztecas, y lo hacen sin adaptación alguna, como se serviría en cualquier puesto del DF. Son esencialmente tacos al pastor de trompo, de arrachera, alambres, gringas, guecas y quesos fundidos, nopalitos asados, jalapeños y, para beber, micheladas, chelas (como llaman a la cerveza) Modelo y tequila y mezcal, mucho tequila y mezcal. Probarás, vivirás y sabrás. La clientela te dirá que estás en el sitio correcto. Esto es México, cabrones. Sigue leyendo

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Eixample, Restaurantes

Fermí Puig.- “La cocina catalana existe como concepto cultural, la española no”

fermío Puig, un cocinero que hablaDespués de coincidir con Adriá en elBulli y aprender en varios restaurantes, Fermí Puig (Granollers, 13 de enero de 1959) llegó al hotel Majestic de Barcelona donde puso en marcha el Drolma. Desde el 1995 y hasta el año 2003, Puig ejerció de executive chef del hotel y chef del Drolma simultáneamente. En 2008, se puso al frente también del Petit Comité. Valorado por sus colegas como un pedagogo de la profesión, querido y estimado allende Cataluña, Puig abre ahora su propio restaurante, con su nombre, donde promete estar “cinco días a la semana”. Sensato y dicharachero, el chef nos atiende antes del servicio para hablar de cultura, historia y actualidad gastronómica reafirmando posturas con argumentos sólidos. Para escuchar. Benditas charlas. Sigue leyendo

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Bares-Tabernas, Eixample, Restaurantes

«El Bar».- Benditas contradicciones

Mesas en El BarBarra a dos posturas sin excesivos taburetes, camareros atentos sin uniformes y carta continua para compartir sentado son algunas de las ambiguas credenciales del divertido espacio que Sergi Giménez -sumiller correcaminos con experiencia en Drolma, Àbac o El Colibrí- ha abierto al público recientemente en el corazón tranquilo del Eixample. No se engañen por el nombre, no es ni bar ni restaurante. Se encontrarán preceptos de ambos tipos y se olvidarán también algunas características reconocibles. Porque no todo está inventado y siempre es bienvenido el romper reglas, “El Bar” -así, entre comillas- propone en silencio y sentado. Dejemos que hable. Sigue leyendo

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Eixample, Locales, Restaurantes

Fastvínic.- Gastronomía entre panes

Bikini de rúcula en FastvínicTe cuestionas conceptos a priori obvios y los acabas matizando. Empecemos: Se autodenominan fast food pero predican el slow food. Elaboran alta gastronomía pero la presentan en formato bocadillo, que acompañan principalmente de vinos catalanes que te sirves tú mismo desde una divertida máquina que sólo va con tarjeta. Y te piden, finalmente, que seas tú el que recojas después tu bandeja y la recicles por partes en punto indicado. Es un juego elaborado donde la información es fundamental. Es Fastvínic, un restaurante ecosostenible -el primero de Cataluña- donde la globalización sólo tiene sentido en formato cliente, un local para reivindicar al mundo que nuestro manjar más popular, el bocadillo, no es territorio exclusivo de niño en patio de colegio.

Dirección: Diputació, 251
Precio medio: 15€. Bocadillos a partir de 3,90€. Ensaladas a 5 € y vinos por copa a partir de 2€.
Imprescindible: Personalizar la tarjeta de vinos e ir probando combinaciones de bocadillos y variedades. Encontrar y defender la tuya.
Horario: De lunes a sábado, de 12.00 a 24.00h.
Teléfono: 93 487 32 41
Web: Fastvínic

Según Cultibar

Todo es reciclableBocadillos -o esa gastronomía que dejan entre panes- de conejo guisado con alcaparras; de trucha de río, escarola e hinojo; de Roast Beef con mostaza y miel, de butifarra con níscalos o de perdiz en escabeche. Y ensaladas complementarias de cuscús de verduras y legumbres o de setas, cansalada y membrillo. Es la oferta básica de Fastvínic, oferta que pedirás sobre mostrador y panel luminoso cual fast food real, aunque acomodo dispar. De ambiente nórdico y resguardado, el local ofrece comodidad de restaurante para bocadillo, haciéndote replantear presupuestos sobre la comida rápida. Sergi de Meià, premio nacional 2009 al cocinero joven del año y chef inquieto al mano de la nave, lo explica: “¿Quién dijo que la comida rápida es mala? Se puede hacer alta gastronomía en tapa y también en bocadillo. La cuestión radica en cómo es el producto y en cómo se trata”.

Y ahí está el fuerte de Fastvínic. De Meià y su equipo son practicantes del slow food, esa tendencia en boga en Europa y medio mundo que llama a trabajar con productos locales de los que conoces procedencia, cultivo y maneras. “El pollo nos lo trae Ángel y Rafa desde Navàs; los tomates, María desde El Penedès… Les conozco y se cómo trabajan, incluso puedo variar propuestas por su consejo. No nos engañamos”. Su importancia se hace patente físicamente en el restaurante, donde se nos presentan con cuadro a la entrada y en carta, divertida y actual ésta, como todo ese continente en forma de “u” que respira ecologismo entre maderas, flores y formas cuadradas.

Bocadillo de alcachofas en FastvínicSi con los bocadillos hacen arte entre panes, con el vino han buscado la excelencia y la innovación en selección y servicio. Con una oferta limitada a caldos catalanes -por filosofía slow food-, hasta 24 variedades distintas son catables por copa, y tarjeta. Previo paga en caja, una banda magnética que tu llenarás de sueños permite que la copa pese con variedades locales, además de conservar en perfecto estado los preciados caldos de César Cánovas, el sumiller Vínic.

La tarjeta será tuya para recargar a gusto y jugar, cual recreo, con tu mejor fichaje para el titular que hoy tienes en bandeja. Porque Fastvínic abre todo el día, y la partida puede ser larga. Quizá un almuerzo con medio biquini de rúcula (pueden hacerse medios de todo) y Coca-Cola; un mediodía empresarial con una ensalada de tomates, una hamburguesa y un tinto Montsant; un after work distendido -la hora reina del bocadillo al fin y al cabo- a base de medio de pollo de Payés y un Priorat, o una cena informal pero con clase y amigos donde la tarjeta echará humo en variedades entre panes tradicionales -fuet o longaniza- o diferentes -pies de cerdo o kebab de cordero-. Por cierto, el informático de la empresa -vegano para más señas- también será invitado y con menú propio.

La experiencia Cultibar

El vino también es protagonista en FastvínicTener la oportunidad de sorprender y comer bien en 25 minutos no es tarea fácil. Nos lo prometieron y debían cumplir. En ambiente ecológico y cuidado, iniciamos el reto. Un pasillo de lo más didáctico nos guió hacia el panel luminoso repleto de opciones para empezar a jugar nuestra particular lucha contra el tiempo. Oferta amplia, original y local iluminada por la excelencia del vino. El tiempo pasaba y había que tomar decisiones rápidas y acertadas. Gracias al saber de la camarera, todo resultó más fácil.

Nervios en el original surtidor de vino. Dudas hacia una máquina maravillosa que nos hacia disfrutar de un primer sorbo imaginario. Siete minutos y ya situados en la mesa más jugosa, redonda, en la esquina. Empieza el ritual de compartir, opinar y caer en ese característico “termínatelo tú” tan social y a la vez tan duro si no es de corazón. Misión cumplida en tiempo y forma adecuados.

Todo es mejorable

Fastvínic tiene la certificación LEED Gold (liderazgo en diseño energético y medioambiental) y cumple con los parámetros fundamentales del slow food. Hace bocadillos Premium y los pretende maridar con vinos soberbios y económicamente ajustados. Sólo por innovar y abrir mentes, cero reproches.

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Ciutat Vella, Locales, Restaurantes

Carabassa.- La partita si gioca Domenica

Spritz, 100% italianoTentación gastronómica y social; costumbre transalpina muy amoldable; ilusión de domingo cualquiera. El aperitivo italiano aparece con fuerza en la ciudad y escogemos el más canalla, el que sacude en el día más santo. Carabassa, restaurante de sello napolitano entre joyas góticas, ofrece un surtido de delicatessen azzurras con tu bebida cuando nadie hace nada, demostrando que el carácter mediterráneo no es solo producto del marketing. Socializar con comida. Hablar con bebida. Jugar el domingo. Sigue leyendo

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