Su terraza abierta todo el año es un inconfundible de plaza Cataluña. La hemos visto siempre ahí, llena, y nos ha costado entrar por puros estereotipos. Ahora el turismo cede y puedes llegar al interior para descubrir que el Hard Rock Barcelona es mucho más que un sinónimo de turista. Hazlo, cruza la puerta, juega. Es un espectáculo visual y de servicio, un ambiente elegantemente estrellado que no enmascara un buen producto, trabajado al momento y con las herramientas adecuadas, un espacio de color para plantear una noche diferente, para cruzar el Atlántico en patines y aparcar el Mustang frente al dinner. Estás en Tennesse. Suena Elvis. El batido espera.
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