
Confortable, minimalista, con larga barra de leyendas en pared y sobre plato y copa. Cuidado en estética y propuesta, nos vestimos con gafas de pasta sin graduar, camisa a cuadros, pantalones de pitillo y Converse desgastadas para captar la esencia del nuevo bar de vinos de Muntaner y hablar de sulfitos, slow food, sostenibilidad y de Kelly Kapowsky. Es la paradoja de lo actual. La propuesta para todos que sólo los elegidos probarán. El teórico «para todos los públicos» provoca un efecto «boomerang» que indirectamente lo convierte en selectivo, en especial. Un bar con fondo, de estética femenina -o moderna, valorable- y cocina tranquila y pensada, para neófitos ya iniciados. Barbas al viento, que empiece la fiesta.
Sigue leyendo →