Cafés, Eixample

Federal Café.- Ventana abierta al mundo

Federal Cafe bar internacionalBistró australiano. Café francés. Gastrobar internacional. Federal Café simplemente acoge, y lo hace en dos plantas aprovechadas, minimalistas, confortables, y en una terraza para soñar. Ventanas abiertas, cocina ininterrumpida, Slow Food, productos de km.0 y bienestar. Desayunar, comer, cenar, tomar, pensar. Lo que quieras. Otro mundo en Sant Antoni.

Dirección: Parlament, 39
Precio medio: Hamburguesas, 10€; Ensaladas y sandwichs, 8€; Ploughman’s para compartir, 16€. Café y pasta, 3€.
Imprescindible: Café, croissant, terraza y mente abierta.
Horario: De martes de jueves, de 08.00 a 23.00h. Viernes y sábado, hasta la 01.00h., y dom. hasta las 16.00h.
Teléfono: 93 187 36 07
Web: www.federalcafe.es

Según Cultibar

Llegas pronto. Te gusta madrugar. Con el sol levantándose, te adentras y te decides por la gran mesa de madera que hace gravitar a la primera planta. Café affogato -de comercio justo y blend propio- y una tostada de frutas con ricotta y miel de trufas, por favor. Antes de abrir el ordenador, consultas el periódico. Tomas y tecleas. El sol sigue curioso entre esas ventanas inglesas que se abren de par en par para ganar cojines al marco. Llegan más comensales, que se distribuyen aleatoriamente entre tu mesa -esa que los propietarios fueron a buscar a una feria de antigüedades en Avignon-, alguna de las pequeñas que pueblan la entrada y el primer piso o la terraza del ático. Tú estás a gusto en la entrada. En una hora has repasado y contestado ya a la docena de correos que tenías pendientes, y tienes hambre.

”La bruschetta de salmón ahumado es excelente”.

Federal Cafe bar internacional

A tu izquierda se ha sentado una chica y no te habías dado cuenta. Está sola y comenta que es argentina. El público del local es variado, como su cocina. Le haces caso, y compruebas su razón, y la de las otras dos bruschettas que ofertan. Dos horas más de charla, en la que han participado también una pareja de holandeses y un gaditano despistado que ha dado color, y un par de muffins, y pasáis a la terraza para el aperitivo. Federal es café, pero su cocina está abierta todo el día. No te retiene, pero no te vas. No quieres.

Con las gafas puestas, y haciendo el pedido por un interfono, la charla continúa entre hamburguesas excelentes –de canguro (los fundadores del local son australianos), gambas, huevos del corral o vegetarianas– y un ploughman’s -ese aperitivo típicamente inglés- para compartir. Cervezas Rosita. Gastronomía internacional, riqueza humana. Os reís y quedáis por la noche en el mismo lugar. El camarero, un cómplice más de tu día a día, te hace un guiño cuando te despides.

Ha caído el sol, has hecho los deberes, y vuelves sin portátil para lo que surja. No es restaurante, pero tiene todo lo que necesitas, sin horarios limitadores. Ahora optas por el primer piso -la mesa de doce está llena de diferentes-, junto a esas ventanas que te dan vida. Entra la brisa y reina el silencio. El parqué ayuda. Está lleno, pero la distancia generosa entre sillas -no entre mesas, en este caso- no agobia. Al contrario. Llega ella, diez minutos tarde. Sandwichs de ruca, cebolla caramelizada, berenjena y feta, xips y olivas de kalamata. Dos copas de Brut Nature. Más risas y confesiones y dos gintonics de Fever Tree. Te lo pasas bien pero te despides. No es el placer de una aventura. Federal está aquí para quedarse.

La experiencia Cultibar

Federal Cafe bar internacional

No conseguimos intimar con mujer alguna. Estábamos expectantes. Nos habían hablado de Federal, de su sonrisa, de su bonito despertar, de su ambiente cosmopolita, de su oferta continuada. Pasamos rato escogiendo lugar. Hay tantos rincones distribuidos a lo largo de sus tres plantas que elegir sólo uno se convierte en un auténtico dilema. Quizá ella estaba, pero erramos la localización.

El síndrome de Peter Pan se apoderó de nosotros y optamos por los originales bancos de la entrada, permitiéndonos tomar el café con un pie fuera y el otro dentro literalmente. Se trata de una combinación fascinante ya que nos posibilita disfrutar del «smirting» (arte de ligar fumando) y, al mismo tiempo, no perder comba respecto al desayuno tradicional «indoors».

También nos habían hablado mucho de la terraza del último piso. Dicen que todo esfuerzo tiene su recompensa y, sinceramente, hubiéramos subido muchas más escaleras para gozar de una terraza única con personalidad propia. Saludamos y hablamos. No hubo manera. Nos debimos cruzar. No pasa nada; se rumorea que allí arriba cuando menos piensas sale el sol. Federalízate.

Todo es mejorable

Consolidado su brunch, a base de huevos de corral ecológicos y multitud de extras para crear tu propio plato, y su larga carta de “picapica” (paté casero con mermelada de cebolla y pan de olivas, snack al curry, edamame, patatas fritas cortadas a mano…), ahora quieren dinamizar las primeras horas nocturnas con una selecta carta de gintonics. Veremos. Que no se pervierta. Así gusta.

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Localización

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3 comentarios en “Federal Café.- Ventana abierta al mundo

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