Simple, directo, sin adulaciones ni atenciones adicionales. Pijama Restaurant se ha sumado hace apenas dos meses a la aplaudida moda de la hamburguesa Premium sin estridencias, sin llamar la atención, dejando que hablen por si solas esas pequeñas joyas icono de la cocina estadounidense. Por escasos 8€, y por el intervalo de tiempo que quieras, tu vida girará alrededor de ese sándwich reformado en plato vacío, como susurrándote que nada más importa. Serás tú y alguna de esas ocho creaciones del gastrónomo Nilson González, de ingredientes escogidos y mano de obra patentada, para que no te importe la presencia o carencia de cortesías edulcorantes de restaurantes bien.

Dirección: Granada del Penedès, 29
Precio medio: 15€. Hamburguesas, 8€; Frankfurts, 5€; Patatas fritas, 2€; croquetas, ¡a euro la unidad!
Imprescindible: Disfrutar de una hamburguesa en compañía y hablar con el chef al final. Completar la experiencia.
Horario: De 13.00 a 16.30h y de 20.00 a 01.00h. Cerrado domingos y lunes noche.
Teléfono: 93 368 41 17
Web: Pijama Restaurant

Según Cultibar

Porque Pijama Restaurant prescinde de todo lo superfluo. Comenta desde la barra Gal·la Requena, copropietaria del local junto al padre de las creaciones, que acaban de abrir y que las modificaciones de espacio llegarán con el tiempo. De momento, el color naranja y el blanco presiden las paredes cercanas de sus dos alturas, con una planta calle que quieren remodelar en bar, y un comedor con vistas y posibilidades. “No descartamos poner música en directo, pero primero debe rodar”. Démosle esa oportunidad. De momento, dejemos pretensiones y lujos adquiridos en la entrada. A Pijama se viene a comer.

Y a comer hamburguesas de calidad. En una carta entendible de ocho creaciones, el cocinero venezolano ha querido resumir su pasión por esta comida y su experiencia adquirida durante años en La Royale -restaurante del que fue uno de sus iniciadores- y en contacto con algunos de los mejores chefs del país. “Nano”, como le llaman, se autodenomina pastelero, “mi verdadera pasión”, aunque ha encontrado en las hamburguesas la comida ideal para dar rienda suelta a su imaginación. Como demuestra cuando te explica el por qué de su hamburguesa Mediterránea, “como comer una albóndiga con pan con tomate”; el de la Francesa, “un pastel de carne hecho hamburguesa”, o la Del Norte, “una explosión con pan de queso Ibar”.

Además, la carta se acompaña de dos frankfurts -”receta de mi padre canadiense”- y una veintena de winners internacionales para acompañar de precio ajustado y tan gustosos como sencillamente presentados. Son patatas fritas no precocidas, tiradito de atún nikkei, croquetas de pollo, jamón o setas o morcilla de Burgos con carne de Guayú. Son platos excelsamente sencillos en soporte blanco, donde el gusto identifica sin filtraciones, y disfruta. Es filosofía de cocinero. “Hacer perfecto lo sencillo”. Es 100% Nano. “Cualquier plato que tenga más de cuatro elementos no se diferencia”. Minimalismo, por decoración de local y plato.

La experiencia Cultibar

Contraste con sabor amable. La búsqueda del impacto visual pasa a un segundo plano para los propietarios del local, centrando sus esfuerzos en el cuchillo y el tenedor. En el fondo, es la búsqueda de la belleza real, como la de aquellas mujeres capaces de seguir estando guapas recién levantadas. Con esta romántica y a la vez arriesgada filosofía, más teniendo en cuenta que nos encontramos en zona noble, nos reciben ambos para conocer los entresijos de su propuesta gastronómica.

Sal y pimienta, Gal·la y Nilson. Mientras la primera nos expone la parte puramente informativa del proyecto, el segundo nos aporta todo lo que se mueve en el «backstage» culinario. Su espontaneidad e impulsividad contrastan con el cuidado y rigurosidad con el que trata a sus productos. El final de la noche viene con guiño entrañable en forma de turrón casero, cortesía del Nano. Hora de ponerse el pijama y soñar con volver.

Todo es mejorable

Es blanco a los lados. En medio solo producto. ¿Suficiente? Los proveedores son de la zona, llevan años trabajando con Nilson en La Royale, y el gusto impera. Cuestión de gourmets la ausencia de complementos, y de servicio atento. Han abierto y son dos. Nilson en cocina y Gal·la en sala. Las pegas adicionales podrán aparecer; del producto no hay debate. Palabra de Nano.

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