Ese crisol de culturas que es hoy día el barrio Gótico barcelonés presume de vida cultural y patrimonial, de comercios y bares, tiendas y pubs, y también de restaurantes peculiares entre los que ya figura y con letras de oro el Gilda by Belgious. Un pequeño bombón internacional donde sentirse a gusto; un restaurante en mayúsculas para disfrutar en compañía descubriendo las bondades de una cocina que la capital del Mediterráneo prácticamente desconocía. Un espacio pequeño e íntimo, el primer restaurante belga-mediterráneo de Barcelona.
Según CultiBar
Gilda by Belgious abrió sus puertas en diciembre de 2010 de la mano de un belga catalanizado de nombre elocuente. Michel de Bievre regenta en el barrio una coqueta tienda de helados con denominación de origen, belga, evidentemente, pero quería ampliar la oferta para demostrar las bondades culinarias de su tierra madre. Y amén que lo ha conseguido con una carta distinta y atractiva con delicatessen de allí con productos de aquí, revolucionados todos ellos bajo la batuta de una chef brasileña de aprendizaje francés. Carne estofada a la cerveza Leffe con patatas fritas belgas, calabacín relleno de humus y crujiente de yuca o timbal de tomates, espinacas, virutas de zanahoria y helado de olivas negras de Aragón son platos que van y vienen de una carta que mima el producto, que Gilda consigue de pequeños productores de confianza.
A la vista está que las especialidades belgas cobran importancia en su cocina, que cuida los platos con patatas (siempre en formato gajo), los de endibias o los de camarones del mar del Norte. “Son productos típicos de Bélgica que presentamos con pulcritud”, apunta De Bievre. También por influencia del propietario destacan las sorprendentes creaciones con helado. Entre estas, mencionar el salmón a dos texturas que, dorando bien la piel, que queda crujiente, y dejando crudo el interior, se acompaña de setas y alubias además de con una salsa de helado de Wasabi que le confiere un sabor especial.
La oferta gastronómica, comercializada en formato menú a mediodía por sólo 9,90€ y en formato catering a petición, se completa con una selección exquisita de entrantes y tapas más mediterráneas donde es imposible no optar por sus patatas bravas, especiales por la salsa que las acompaña, con pimiento escalibado, tomate seco, canela, café y aceite de oliva extra virgen; una salsa internacional y completamente innovadora, exactamente como el local.
Velas y luz tenue
En sala, una docena escasa de mesas bajas se confunde entre velas e iluminación tenue. Acentuando esa sensación de calidez y confort que emana de los dos pequeños comedores en los que se divide el restaurante, su banda sonora reproduce soul y jazz de los ’50 a bajo volumen, y las paredes no acosan con dibujos, cuadros o mensajes; se dejan llevar por un rojo granate y un blanco difuminado que sólo se truncan por contados cuadros nada invasivos.
Gilda no olvida su propuesta alcohólica after work o para después de la cena. Además de encontrar algunas de las cervezas belgas más demandas (caso de Leffe o Duvel) y una selección de vinos de las mejores DO’s españolas y francesas, se puede disfrutar también del rey del copeo nacional e internacional. Juan lleva años trabajando con el gintonic, y asegura que es muy bien acogido por los clientes. ¿Qué opináis?
La experiencia CultiBar
Con el tiempo aprendes a prejuzgar cada vez menos, pero es inevitable dejarte llevar por la primera impresión. Muchos restaurantes cools viven de una falsa apariencia, pero Gilda rompe con estereotipos. Diseño excelente aparte, comes bien y te cobran la mitad de lo que esperas. El sueño llega a su máximo apogeo cuando la más que común frialdad de este tipo de lugares se desvanece con una gran humanidad y calidez en el trato. No podemos dejar de mencionar su excelente banda sonora. Entra y persiste en la memoria; nunca te abandona. De agradecer especialmente cuando se come en soledad. El shazam saca humo y, hoy en día, eso es noticia.
Todo es mejorable
Podríamos criticar la pequeñez de la barra de la entrada o la escasez de tipologías de vino en la carta, pero no osamos. Acaban de abrir, se están encontrando y, aun con todo, ya ofrecen un producto de calidad contrastada y novedad real a precio muy competitivo. Disfrutemos de él.
Gilda by Belgious
93 310 34 92
Horario: Todos los días de 13.00 a 15.30h y de 19.00 a 24.00h. Sab. y dom., de 19.00 a 24.00h.
Precio medio: 35€
Ample, 34